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Caminar juntas… en igualdad

El pasado 13 de enero el Grupo de Feminismos de REDES ha reunido a tres mujeres de organizaciones de Iglesia para dialogar con este lema: “Mujeres que abren camino. Hacia la igualdad real en las organizaciones de Iglesia”. La tertulia con Pepa Moleón (Revuelta de Mujeres en la Iglesia), Teresa Casillas (Consejo de Mujeres Católicas-CWC) y Marta Moratona (directora del proyecto educativo de Itaka Escolapios) convocó a 25 personas en la sede de la Fundación Pueblos Hermanos, en Madrid.
Como plataforma de entidades eclesiales de desarrollo, REDES mira la cuestión de la igualdad en la Iglesia en coherencia con los valores que promueven sus distintas organizaciones (ONG en su mayoría) en los proyectos de desarrollo y educación transformadora en todo el mundo.
En los movimientos y organizaciones de la Iglesia hay una cierta conciencia de la reivindicación feminista. Pepa Moleón destacaba que la sinodalidad debe entenderse como caminar juntas y juntos en igualdad, con iguales responsabilidades y derechos, con claro enfoque ministerial. Una igualdad que tiene dos fuentes fundamentales; el Evangelio y los Derechos Humanos En la Iglesia se reproduce de modo extremo el patrón social en el que los cuidados están feminizados, mientras el liderazgo visible está masculinizado. La Iglesia es una organización que vuela con un solo ala: conformada por más de un 80% de mujeres, pero muchas de sus voces son acalladas.
La institución eclesial tiene miedo al cambio, lógicamente. Y las mujeres que llegan a puestos de responsabilidad, tienen que ser prudentes para seguir en ellos. Los abusos sexuales son el final de una larga cola de abusos de poder. Pepa señalaba que se están desarrollando procesos muy interesantes en el terreno de la reparación. Muchas mujeres están siendo escuchadas como autoridad por algunas congregaciones religiosas.
Teresa y Marta apuntaban a la compleja relación entre los movimientos feministas y la Iglesia, que es una organización totalmente patriarcal donde los cambios son muy lentos. Las feministas en la Iglesia y las cristianas en el movimiento feminista son miradas con recelo y sospecha. En sectores de Iglesia, la propia palabra “feminismo” se interpreta en clave ideológica y se denosta; hace falta una mirada desde la vulnerabilidad y desde el discipulado en las comunidades cristianas concretas.
Se sienten feministas cristianas, sin separar la militancia en el movimiento feminista de su vivencia eclesial. Pero la Revuelta de Mujeres en la Iglesia se visibiliza en la calle frente a las catedrales, fuera de ellas porque se sienten expulsadas por la institución. No obstante, aportan a la reflexión eclesial, por ejemplo con contribuciones al Sínodo de la sinodalidad, el documento de buenas prácticas para comunidades y parroquias (presentado a algunos obispos), participando en la comisión de justicia y reparación de mujeres víctimas de la Iglesia, comisiones contra la violencia contra las mujeres, etc. Mucho de esto se recoge en el libro “Revuelta de las mujeres en la Iglesia. Alzamos al voz” (2022).
Contar con referentes en la teología feminista les permite fundamentar sus anhelos. Es necesaria también una espiritualidad y una liturgia inclusivas, donde se sienten parte como mujeres. Las cristianas feministas se organizan en distintos lugares del mundo, reflexionando desde claves de exclusión, decolonización, racismo…
Al concluir la tertulia, Marta, Pepa y Teresa explicitaron los sueños que empujan a este movimiento: una comunidad circular de iguales, en fraternidad, solidaridad y dignidad. Una comunidad que pierda los miedos, que se asiente profundamente en el Espíritu, que trascienda lo antropológico; una Iglesia cristocéntrica, inspirada por las mujeres que se encontraron con Jesús y permanecieron junto a Él.
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