REDES impulsa incidencia política global y justicia climática desde la cooperación y la solidaridad
REDES reunió a representantes de organizaciones eclesiales y de la sociedad civil en un espacio de diálogo y reflexión destinado a construir una campaña de incidencia política que integre las voces y propuestas de los países del Sur Global y de Europa. Las dos temáticas de este año fueron el seguimiento a los compromisos sobre financiación del desarrollo tras la Cumbre de Sevilla y las propuestas desde el Sur Global hacia la COP30 que se iniciará en 3 semanas.
La jornada comenzó con la intervención de Inmaculada Mercado (Proclade Bética), enmarcando este trabajo eclesial en el Jubileo de la Esperanza. Recordó que, aunque la inversión global para cumplir la Agenda 2030 sigue siendo insuficiente, existen oportunidades para avanzar en cooperación y justicia financiera. Subrayó la necesidad de reformas fiscales y financieras, condonación y reestructuración de la deuda externa, y la democratización de los organismos internacionales, de modo que los países del Sur participen en las decisiones sobre sus deudas. Recalcó que los gobiernos del Norte deben asumir su responsabilidad histórica y actual ante las crecientes desigualdades y crisis.
Asimismo, destacó el rol de REDES y la sociedad civil promoviendo mensajes comunes ante gobiernos y actores internacionales. Finalmente, señaló que la cooperación oficial al desarrollo sigue siendo una herramienta estratégica de justicia global, y que el seguimiento de los compromisos —como los asumidos por España tras Sevilla— es clave para asegurar una ayuda internacional más efectiva y equitativa.
A continuación, Isabel Miguel, responsable de incidencia de La Coordinadora de ONGD, resaltó la importancia de la Plataforma de Acción de Sevilla (SPA), impulsada por el Gobierno español y otros países, que busca mantener la ambición más allá de la declaración final y avanzar en temas como acción climática, género, cuidados, salud global y canje de deuda. Subrayó que la financiación condiciona el modelo de desarrollo, advirtiendo que priorizar la inversión privada sin garantías sociales puede fomentar la privatización de servicios públicos y debilitar derechos. Concluyó señalando la expectativa ante la nueva Embajadora Especial para Financiación para el Desarrollo, Cristina Ría, y los pasos que dará el Gobierno en la implementación de los compromisos de Sevilla.
Marta Iglesias (Asociación para la Solidaridad) por su parte enfatizó la importancia de escuchar y apoyar las agendas locales de otros países, evitando un enfoque colonialista. Como sello propio de las entidades de Iglesia, señaló la importancia de comprender las prioridades de las comunidades y ayudar a amplificar las voces del Sur global. Destacó también la relevancia de recordar que la cooperación y el multilateralismo no pueden darse por sentados: muchos países europeos han recortado sus programas de cooperación, y España corre el riesgo de aislarse si no actúa de manera responsable. Además, explicó los avances en el nuevo Consejo Superior de Cooperación, donde se crearán grupos de trabajo sobre coherencia de políticas y financiación, y señaló el rol crucial de REDES y la sociedad civil para aportar datos y medir impactos en las comunidades.
Posteriormente, bajo la facilitación de Jorge Jimeno, se trabajó el diseño hacia una posible campaña de incidencia para avanzar en una financiación suficiente para el desarrollo, en el que se integraron los aportes de todas las organizaciones participantes. A partir del mapeo de actores presentado por Jorge, se definieron líneas de acción concretas y estrategias de seguimiento, orientadas a fortalecer la articulación entre las entidades y optimizar los esfuerzos de incidencia colectiva. En torno a los actores identificados, se establecieron posibles sinergias y alianzas estratégicas, con el objetivo de coordinar mensajes, compartir recursos y potenciar el impacto conjunto de la campaña.
El encuentro continuó con la sesión “Voces y compromisos hacia la COP30”, donde representantes de África, Asia y América Latina compartieron experiencias y desafíos frente a la crisis climática:
- Eduardo Agosta Scarel, responsable de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal, presentó un diagnóstico de la crisis climática como un problema existencial y de justicia, criticando falsas soluciones como el capitalismo verde y la financiarización de la naturaleza. Propuso un camino de conversión ecológica basado en la educación, la defensa de los más vulnerables y la promoción de economías solidarias, e instó a fortalecer el Observatorio de Justicia Climática.
- Tagoy J. Jakosalem, agustino recoleto y presidente de Arcores Internacional, animó a preparar una declaración hacia la COP30 que incluya también los impactos climáticos en España y Europa. Subrayó la importancia de REDES en aportar información y datos del Sur Global. Destacó la protección de la Amazonía y el “sueño amazónico” planteado en Querida Amazonía como propuesta eclesial en defensa de los pueblos del planeta.
- Jean Rodríguez Koydemba, sacerdote de R. Centroafricana experto en teología ecológica, compartió la perspectiva africana, teniendo en cuenta la amplitud y diversidad del continente, explicando que los más vulnerables son los primeros en sufrir los impactos del extractivismo y la deforestación. Animó a que REDES sea una voz profética, denunciando injusticias y fortaleciendo la justicia climática, y destacó la importancia de una incidencia efectiva a favor de quienes sufren los efectos de las políticas extractivistas.
El encuentro culminó con un sentido compromiso colectivo de seguir tejiendo caminos de incidencia política coherentes, solidarios y transformadores, guiados por la convicción de que otro modelo de desarrollo es posible. Las voces del Sur y del Norte se unieron en un mismo propósito: cuidar la vida, defender la justicia climática y fortalecer la cooperación entre los pueblos. Desde la diversidad de sus experiencias, las organizaciones reafirmaron su deseo de caminar juntas, con esperanza y responsabilidad compartida, para construir un futuro más justo, humano y sostenible. REDES se consolida así como un espacio de encuentro y fraternidad, donde la cooperación se convierte en un acto de caridad política y de fe en la dignidad de todos los pueblos.




