El sábado 4 de octubre hemos celebrado la jornada Tiempo de REDES 2025 con un esperanzador diálogo con Moema Miranda, asesora del departamento de Ecología Integral de la Conferencia de Obispos de Brasil. En esa fiesta de S. Francisco de Asís, aniversario también de la publicación de Fratelli Tutti, nos hemos sentido en comunión con el Jubileo de las Misiones que se celebraba en Roma.
Para reforzar la espiritualidad que nos sostiene en el trabajo en red por la justicia, Moema nos planteaba el tiempo de extrema dificultad para la humanidad, en el que una criatura, el ser humano, amenaza la estabilidad de la vida en el planeta. Sentimos la tentación del fracaso, del cansancio por tantos frentes oscuros. Esa sensación es parte del sistema que guía hoy el mundo, porque nos lleva a la paralización.
Pero la Esperanza se sostiene en los caminos de resistencia transitados por las personas vulnerables, como las madres indígenas de México que se organizan para buscar los restos de sus hijos víctimas de la violencia y cuidarles una última vez. Son signo de una “Iglesia magdalena” inspirada en las mujeres que, de noche y con miedo, salen juntas por amor a buscar el cuerpo muerto del Maestro, para darle dignidad en su tumba. Reconociendo el peligro, no se dejan vencer por el miedo. El testimonio era el único patrimonio de esas comunidades iniciales: la fuerza de la verdad de la que eran testigos. Moema nos invitaba a escuchar ese testimonio desde los cuerpos de los pueblos vulnerados.
Estas comunidades del sur global actualizan la lectura del Apocalipsis, en el que reconocen la llamada a seguir al Cordero degollado, no al dragón del imperio. Frente a la espada, la lengua de la profecía no violenta. El teólogo Carlos Mendoza-Álvarez identifica resurrección con insurrección, en un proceso en el que las víctimas pasan a ser supervivientes y desarrollan una acción colectiva de resistencia. Esta resurrección se da hoy en estas comunidades. Acompañándolas nos reconocemos desde nuestros distintos carismas, que son valiosos e irrepetibles. La “ecclesia” siempre fue un espacio de diversidad, que camina en los márgenes de la sociedad. A REDES nos decía Moema que caminar en red hoy es una apuesta que desafía al individualismo y la desvinculación. Hoy, “es más importante caminar juntas que tener razon”.
El Cántico de las Criaturas que este año celebramos en su 800 aniversario nos hermana a todas las criaturas, que resisten como Creación entera las heridas a las que les somete el sistema. El ser humano asume ahí su responsabilidad en el cuidado de la Creación.
Así pues, la propuesta sería primero comprender el funcionamiento del sistema que busca solo el enriquecimiento económico y nos desvincula de la Creación, nombrando las dificultades y miedos que nos amenazan. Acercar las realidades del sur global, la vinculación de nuestro sistema de bienestar con el expolio de sus territorios, y hacer nuestros sus dolores Segundo, conocer a las comunidades que resisten en lugares remotos o cercanos, construyendo un “mapa de resistencias”. Y tercero, caminar junto a ellas, empezando por lo más cercano y pequeño.
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