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Sostener el reto de la Cultura de Paz
El crimen del sacristán Diego Valencia en Algeciras nos refuerza en el trabajo por la Cultura de Paz. La tentación del miedo al diferente, incluso del odio se incrementa ante estos sucesos que nos conmocionan y sacuden, poniendo a prueba nuestros valores.
Los mensajes desde distintas instancias religiosas insisten en que «Las religiones y los verdaderos creyentes son fermento de paz» (Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal). El secretario de la Conferencia Episcopal destacaba hoy que no debemos demonizar a ningún colectivo. El camino de la Cultura de Paz es más largo, más complejo, más costoso que el de la violencia. Requiere un trabajo personal y comunitario para mirar al otro con una mirada serena, con los ojos de Dios.
En la jornada de formación de Enlázate por la Justicia celebrada ayer jueves en Madrid estos hechos estuvieron presentes para interpelarnos. Como organizaciones cristianas nos sentimos llamadas a trabajar por la fraternidad a nivel local y global. Desde nuestros diversos carismas y sensibilidades, tenemos una larga trayectoria de trabajo por fortalecer una sociedad más justa, diversa y que cuida especialmente de las personas más vulnerables. En el espacio propio de REDES, la educación es una herramienta insustituible hacia este modelo de convivencia. El Pacto Educativo Global, lanzado en 2019 por el Papa Francisco renueva nuestro impulso, invitandonos a «tejer Pacto» con todas las organizaciones que sueñan una sociedad mejor desde la Educación. Entre ellas destaca la plataforma Escuelas Católicas, que en esta clave se ha reunido recientemente con una diversidad de organizaciones, entre ellas la Comunidad Islámica de España.
Entre las socias de REDES tenemos iluminadores ejemplos de programas que construyen en las aulas una sociedad abierta, inclusiva, crítica y comprometida con el futuro común. Podemos destacar a las dos organizaciones salesianas, Bosco Global y Jóvenes y Desarrollo, que inician estos días el proyecto EnRÉDate por la interculturalidad, el proyecto Bibliotecas Humanas de Proclade Bética, la Red Solidaria de Jóvenes o el programa Nuestro momento es Ahora de Entreculturas y tantos otros.
Nuestra apuesta no puede ser gastar recursos en reforzar vallas y alambradas, en difundir mensajes simplistas en los medios. Nuestras organizaciones invierten recursos económicos y humanos en crear y acompañar espacios de profesorado, jóvenes y familias que apuestan y construyen una Cultura de Paz. Es la mejor inversión para nuestro futuro.
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