La incidencia política de la Iglesia
La revista Vida Religiosa publica en junio una entrevista al dominico Mons. Xabier Gómez, obispo de S. Feliu de Llobregat y anterior responsable de migraciones de la CEE.
En la entrevista, Xabier Gómez resalta el trabajo de incidencia política en el proceso de la Iniciativa Legislativa Popular de regularización de personas migrantes (ILP), que se inició en 2021 con la recogida de firmas en la que participamos más de 200 entidades eclesiales junto a otras 700 del resto de la sociedad civil. «Cuando la sociedad civil y las instituciones eclesiales caminan juntas, pueden abrirse caminos de justicia. A nosotros como Iglesia nos corresponde fomentar espacios de diálogo y entendimiento, poniendo en el centro lo que une: la dignidad humana y el bien común.» Esta voluntad de diálogo, que fue el centro de la pasada Semana Social 2024, ha impulsado al equipo eclesial de la ILP a dialogar con todos los grupos parlamentarios proponiendo textos de consenso. El propio Monseñor Argüello ha insitido en este sentido.
Los partidos políticos son estructuras imprescindibles para el trabajo por el bien común. Sin embargo «la Iglesia no hace política partidista, pero sí está llamada a una “caridad política”, como decía Benedicto XVI. Esto significa hacer visible el sufrimiento de los últimos, estar cerca de ellos» y promover la voz de las personas vulnerables que no son escuchadas.
Evangelii Gaudium señala que una fe auténtica siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo (EG 183). «Esta transformación pasa por una presencia activa, testimonial y comprometida en el ámbito público. No para ocupar espacios de poder, sino para generar procesos que promuevan la justicia, la equidad y la dignidad humana, la cultura de la vida en todas sus fases. Por eso, sí, los miembros de la Iglesia deben avanzar en una incidencia política entendida como compromiso evangélico.»
Xabier Gómez aclara así nuestra llamada a actuar políticamente, superando las ideologías concretas de cada partido, junto a las personas descartadas. Porque «no basta con acompañar desde fuera: hay que dejarse tocar, dejarse incomodar, entrar en el conflicto con la mirada del Evangelio. Es ahí donde la incidencia política de la Iglesia cobra su mayor fuerza: en la fidelidad al Evangelio, no en la estrategia.» Este es un rasgo claro de la incidencia política que recoge el documento marco de REDES: el trabajo desde la realidad de las personas descartadas.
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