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Cúpula de los pueblos

 / noviembre 18,2025

Durante 5 días más de 23.000 organizaciones sociales de más de 60 países ha dialogado en la Cúpula de los Pueblos para plantear sus necesidades y ofrecer respuestas ante la crisis sistémica que sufren en primera persona.

El secretario técnico de REDES ha participado como miembro de la delegación comboniana presente en la COP30. Se han celebrado mesas con pueblos indígenas, líderes feministas, pueblos afrodescendientes… todas ellas con consecuencias climáticas. Una de las constataciones es la necesidad de generar una agenda conjunta, en la que los distintos ámbitos se crucen transversalmente. Por que es un mismo sistema extractivista el que genera víctimas y desigualdad. Los pueblos indígenas han estado claramente presentes en un país en el que sobreviven estas comunidades, que son la última frontera: si caen, caerá la Casa Común que ellos han venido guardando por generaciones.

El último día se presentó la declaración final que presenta este diagnóstico:

  1. El modo de producción capitalista (generación, circulación y eliminación de bienes) es la principal causa de la creciente crisis climática. 
  2. Las comunidades marginadas son las más afectadas por los fenómenos meteorológicos extremos y el racismo ambiental, especialmente las mujeres, los jóvenes, las personas empobrecidas y las personas no blancas.
  3. Las corporaciones transnacionales, en connivencia con los gobiernos del Norte global, se encuentran en el centro del poder del sistema capitalista, racista y patriarcal, siendo los principales causantes y beneficiarios de las múltiples crisis que enfrentamos. Las industrias minera, energética, armamentística, agroindustrial y de las grandes tecnológicas son las principales responsables de la catástrofe climática que estamos viviendo.
  4. Nos oponemos a cualquier falsa solución a la crisis climática que perpetúe prácticas dañinas, cree riesgos impredecibles y desvíe la atención de soluciones transformadoras basadas en la justicia climática y el bienestar de los pueblos.
  5. El fracaso del modelo actual de multilateralismo es evidente. Los delitos ambientales y los fenómenos meteorológicos extremos que causan muerte y destrucción son cada vez más frecuentes.
  6. La transición energética se está implementando bajo la lógica capitalista. La expansión de las fuentes de producción de energía verde también ha terminado convirtiéndose en un nuevo espacio para la acumulación de capital.
  7. Finalmente, afirmamos que la privatización, la mercantilización y la financiarización de los bienes comunes y los servicios públicos contradicen directamente los intereses de la ciudadanía. En este contexto, las leyes, las instituciones estatales y la gran mayoría de los gobiernos han sido cooptados, moldeados y subordinados a la búsqueda del máximo beneficio por parte del capital financiero y las corporaciones transnacionales. Las políticas públicas son necesarias para impulsar la recuperación de los Estados y hacer frente a las privatizaciones .

Ante esta situación, la Cúpula lanzó estas propuestas:

  1. Confrontar las falsas soluciones de mercado. El aire, los bosques, el agua, la tierra, los minerales y las fuentes de energía no pueden seguir siendo propiedad privada.
  2. Exigimos que los pueblos participen y asuman un papel protagónico en la construcción de soluciones climáticas, reconociendo el conocimiento ancestral. 
  3. Exigimos la delimitación y protección de las tierras y territorios indígenas, así como los de otros pueblos y comunidades locales , ya que son quienes garantizan la vida del bosque.
  4. Exigimos la implementación de una reforma agraria popular y la promoción de la agroecología para garantizar la soberanía alimentaria y combatir la concentración de la tierra . La gente produce alimentos saludables para erradicar el hambre en el mundo, mediante la cooperación y el acceso a técnicas y tecnologías controladas por la propia población. Este es un ejemplo de una verdadera solución para combatir la crisis climática.
  5. Exigimos la lucha contra el racismo ambiental y la construcción de ciudades justas y periferias dinámicas.
  6. Abogamos por la consulta directa, la participación ciudadana y la gestión popular de las políticas climáticas en las ciudades , para hacer frente a las corporaciones inmobiliarias que han impulsado la mercantilización de la vida urbana.
  7. Exigimos el fin de las guerras y la desmilitarización . Todos los recursos financieros actualmente destinados a las guerras y a la industria armamentística deben redirigirse a la transformación del mundo. El gasto militar debe dirigirse a la reparación y recuperación de las regiones afectadas por desastres climáticos.
  8. Exigimos reparaciones justas e íntegras por las pérdidas y los daños infligidos a los pueblos por proyectos de inversión destructivos, represas, minería, extracción de combustibles fósiles y desastres climáticos.
  9. El trabajo que implica la reproducción de la vida debe ser visible, valorado y comprendido como lo que es: trabajo. Además, debe compartirse con la sociedad y el Estado. Este trabajo es esencial para la continuidad de la vida humana y no humana en el planeta. Esto también garantiza la autonomía de las mujeres; si bien no se las puede responsabilizar individualmente del cuidado, sus contribuciones deben ser consideradas: nuestro trabajo sostiene la economía. Aspiramos a un mundo con justicia feminista, autonomía y participación de las mujeres.
  10. Exigimos una transición justa, soberana y popular que garantice los derechos de todos los trabajadores, así como el derecho a condiciones de trabajo dignas, la libertad sindical, la negociación colectiva y la protección social.
  11. Exigimos el fin de la exploración de combustibles fósiles y exhortamos a los gobiernos a desarrollar mecanismos que garanticen la no proliferación de estos combustibles.
  12. Luchamos por la financiación pública y la tributación de las corporaciones y los más ricos. Los costos de la degradación ambiental y las pérdidas impuestas a la población deben ser asumidos por los sectores que más se benefician de este modelo.
  13. Exigimos que la financiación climática internacional no se canalice a través de instituciones que profundizan la desigualdad entre el Norte y el Sur , como el FMI y el Banco Mundial. Son las potencias dominantes y sus corporaciones quienes deben empezar a saldar la deuda socioambiental acumulada durante siglos de prácticas imperialistas, colonialistas y racistas, la apropiación de bienes comunes y la violencia infligida a millones de personas que fueron asesinadas y esclavizadas.
  14. Denunciamos la continua criminalización de los movimientos, la persecución, el asesinato y la desaparición de nuestros líderes que luchan en defensa de sus territorios. Cuando una persona defensora protege el territorio y la naturaleza, protege no solo a un individuo, sino a todo un pueblo y beneficia a toda la comunidad global.
  15. Exigimos el fortalecimiento de los instrumentos internacionales que defienden los derechos de los pueblos , sus derechos consuetudinarios y la integridad de los ecosistemas. Necesitamos un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre derechos humanos y empresas transnacionales, basado en la realidad concreta de las luchas de las comunidades afectadas por violaciones, que exija derechos para los pueblos y normas para las empresas.